Guillermo Coppola, ex manager de Diego Maradona, es cuanto menos un personaje carismático. Escuchar sus vivencias con el Diego durante la década de los ‘80 resulta fascinante, especialmente para quienes no vivimos aquella época y muchas veces dependemos de estos relatos ajenos para “reconstruir la historia”. Una de las más interesantes, probablemente para muchos de nosotros, es cuando compró la célebre Ferrari negra.
Existen varias entrevistas donde Coppola cuenta cómo le consiguió un Ferrari negro a Diego Maradona, justo después de obtener el título con la Selección Argentina, en el Mundial de México ’86.
El principal punto de conflicto en el relato es el modelo de Ferrari que Diego le había pedido a Coppola. Diego llegó a tener varios autos de Maranello, entre los que se destacan un Testarossa y un F40, ambos adquiridos durante su tiempo en Italia y que debió vender al volver a la Argentina, por los altísimos costos de repatriación que imponía el Gobierno.
La anécdota entonces nos posiciona en 1986, con Diego encarando a su manager para que le consiga “el nuevo Ferrari”. Durante ese tiempo, el buque insignia de la marca era el Testarossa. El F40 se presentaría recién al año siguiente. Por si fuera poco, Diego exigió que fuera negro. Don Enzo Ferrari era muy reacio a usar otro color que no fuera el icónico Rosso Corsa en sus autos, pero desde siempre existieron Ferrari de diversos colores.
En el caso del Testarossa, el color negro era un opcional que se podía encargar desde la fábrica (por una módica suma, cómo no), pero en el caso del F40 no, imposible. Todas los F40 salieron de la fábrica de color rojo por orden de Il Commendatore. Las que hoy existen de otros colores fueron repintadas al salir de Maranello.
La cuestión es que Guillote aprovechó el encargo para entrevistarse personalmente con Don Enzo y de paso cumplir un sueño que muchos se lo envidiamos.
En el caso del F40 sí: se cuenta que don Enzo debía dar personalmente su bendición para acceder a una de las 400 proyectadas inicialmente (aunque se terminaron fabricando 1.315). Respecto a la indignación de Ferrari sobre el pedido de que el auto fuera negro, es probable: durante ese tiempo no había muchos pedidos de Testarossas en colores. De hecho, el primer Ferrari Testarossa negro no fue encargado por Maradona. La pidió Sylvester Stallone.
El Testarossa fue, antes que nada, un ejercicio de marketing para financiar los esfuerzos de la Scuderia de competición. Es decir: un auto de calle con todas las comodidades de la época: radio, aire acondicionado y tapizados de cuero. En cambio, el F40 fue fabricado para celebrar los 40 años que cumplía la marca en 1987, no porque “se hicieron sólo 40 unidades” (como asegura Coppola) y fue básicamente un auto de carreras con patente: no traía una innecesaria radio, un complejo aire acondicionado ni mucho menos tapizados de cuero, ya que todo eso repercutía sobre el peso e iba en contra de la raison d’être del bólido. El precio de ambos también puede explicarse por la misma razón, ya que las 1.315 unidades de la F40 tenían un valor de 400 mil dólares, mientras que el Testarossa costaba unos módicos 160 mil.
Otro punto relevante en la anécdota de Coppola es que -cuando finalmente consigue el Testarossa negro con tapizado blanco, tal y como quería Diego, que en ese momento estaba volviendo a Italia- Guillote se lo llevó al aeropuerto para dársela al bajar del avión.
En eso apareció el presidente del Club Napoli, Corrado Ferlaino, con el que se pusieron a admirar el nuevo auto del Diez. En un momento de viveza, Coppola le planteó a Ferlaino que se la regalara a Diego. Sin entrar a discutir sobre la supuesta comisión que se adjudicó Coppola (unos 500 mil dólares, según él), llama la atención el “precio original” de la Ferrari.
Guillo dice que había inflado el precio “desde los 400 mil, más 100 mil por la pintura”, pero si revisamos el precio del Testarossa por aquella época, y teniendo en cuenta todos los opcionales que ofrecía, es poco probable que haya costado más 300 mil dólares, pintura incluida. Es por eso que capaz ese “millón de dólares pagados por Ferlaino por la Ferrari” correspondan al F40 adjudicada a Diego en 1989, cuando todavía jugaba para el Napoli.
En resumen, según lo recabado gracias a San Google, podemos concluir que la anécdota del Ferrari negro tiene pedacitos de la historia del Testarossa negro de 1986 y elF40 rojo de 1989.
Diego Maradona con la famosa Ferrari Testarossa negra.
Don Diego Maradona (padre), con las Ferrari F40 roja (en primer plano) y Testarossa negra (atrás) de su hijo.